Historia
de la escuela Pio XII
En 1953, en
la hacienda donada por madre Luis Cordero Crespo (sobrina de Luis Cordero
Crespo, El Grande, ex presidente de la república) llega una mujer valiente y heroica, con un gran espíritu de
entrega de entrega cristiana y religiosa por obediencia a sus superiores, ella
es madre Clementina Flores Cordero. Llega a este bello lugar para hacerse cargo
y cumplir el objetivo e ideal para lo
designado en esta donación, sueño que luego fue realidad. La fundación de una
escuelita para los niños pobres del sector; empiezan las gestiones a las
autoridades de Educación Provincial, cuya petición es aceptada pero como solo
existe la casa de hacienda, se pregunta: ¿En dónde damos clases? Pues la
contestación fue inmediata bajo la
inspiración del espíritu Santo.
Con los
mismos moradores empieza la construcción de la capilla porque cree que los
niños deben ser materiales formados en la fe cristiana, a base de mingas, con
materiales donados y ayuda de la gente caritativa, en mucho tiempo se levanto
la escuela con esfuerzo.
Mientras
tanto, en la muerte de Sor Clementina surgia la idea de empezar urgente la
educación, pues inicia la escuela
pidiendo a los vecinos sus casas para que puedan funcionar los primeros grados;
así generosamente don Antonio Malo y la señorita Clementina, vecinos del
sector, prestan un lugar en donde empiezan a impartir clases, mientras tanto se ha terminado la
construcción de la capilla, lugar sagrado para predicar y catequizar a la gente
del sector preparándoles en todos los sacramentos a base de ejercicios
espirituales.
De
inmediato, continúa con el sueño de construir la escuela, y de la misma
forma inician los cimientos, así velozmente basándose en mingas, con gente
solidaria y nuestros padres de familia e incluso los niños y niñas, pusieron
sus pequeñas manos para encontrar las tejas con lodo preparado pasando a manera
de chasqui, con la finalidad de que pronto se cumpla el sueño de tener un local
propio de la escuelita.
Hubo algunas
generaciones que repetían los años hasta el cuarto grado porque no había quinto
y sexto grados, en un año determinado se abrió el quinto y con estos mismos
alumnos se pasó al sexto grado, para este último grado, pidió colaboración a
Madre Laurita Gárate que trabajaba en ese entonces en el colegio Rosa de Jesús Cordero
para dar clases de algunas materias, así quedaron completos los años de
escolaridad. La escuela fue creciendo, siendo Sor Celia Bernal Cordero, exalumna de esta
escuela, religiosa vocación de Madre Clementina.
Al desgrane
acudían todos muy gustosos, en la guardilla de la escuela en donde las tusas
eran utilizadas para nuestros juegos infantiles, risas y algarabías; pero para
regresar a casa les enseñaban a dejar todo en orden.
Las
madrugadas para ser los primeros en la oración de la mañana, caminando de todos
los sectores: Patamarca, Sinincay,
Mayancela, y Milchichig.
Recuerdo las
devociones inculcadas por Sor Clementina para cada uno de los días de la
semana:
Lunes: a las
almas del purgatorio.
Martes: a
nuestro Padre Santo Domingo.
Miércoles: a
San José.
Jueves: a la
Santa Eucaristía.
Viernes: al
Sagrado Corazón de Jesús.
Sábado: a
Mamita Virgencita.
Domingo:
a Jesús Resucitado.
Luego
a formación y a clases 10 horas en que salían a tomar la leche clan con pan que
era nuestro refrigerio, continuabas las clases hasta las 12 horas, que con
hambre se esperaba el almuerzo que consistía en comida de sémola, dulce de zambo,
y a veces una fruta.
Los
niños jugaban: vóley, bolas, la rueda con el garfio otros; las niñas: la
rayuela, el gato, la semana, la soga, las escondidas y otras. Luego comenzaba
la doble jornada con el rezo del Santo Rosario y en seguida, las manualidades; para
los varones: las chompas tejidas a palillos, y para las niñas: las faldas para
ser utilizadas el siguiente a año, las mayores bordaban manteles de punto cruz
y los cubrecamas rellenos de colores, los trabajos manuales, las redacciones,
la caligrafía, etc. Todas estas tareas realizadas hasta las 16 horas.
Las
fiestas que se celebraban en la escuela son:
En
octubre: la Morenita del Rosario.
En
noviembre: el día de la Madre Clementina
En
diciembre: la Novena al Niñito Jesús y las tres Grandes Pasadas: Patamarca,
Ricaurte, y Sinincay, con personas en vivo.
En
febrero: las marchas y los himnos patrióticos entrenadas por un militar.
En
mayo: para los rosarios de la aurora, los niños dormíamos en las aulas de la
escuela.
En
junio: las cosechas y desgranes.
En
julio: los exámenes orales de catecismo, la historia sagrada y los exámenes de
las otras materias, con los comisionados (Supervisores).
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