jueves, 10 de octubre de 2013

pio xii

Historia de la escuela Pio XII

En 1953, en la hacienda donada por madre Luis Cordero Crespo (sobrina de Luis Cordero Crespo, El Grande, ex presidente de la república) llega una mujer valiente y heroica, con un gran espíritu de entrega de entrega cristiana y religiosa por obediencia a sus superiores, ella es madre Clementina Flores Cordero. Llega a este bello lugar para hacerse cargo y cumplir el objetivo e ideal  para lo designado en esta donación, sueño que luego fue realidad. La fundación de una escuelita para los niños pobres del sector; empiezan las gestiones a las autoridades de Educación Provincial, cuya petición es aceptada pero como solo existe la casa de hacienda, se pregunta: ¿En dónde damos clases? Pues la contestación fue inmediata  bajo la inspiración del espíritu Santo.
Con los mismos moradores empieza la construcción de la capilla porque cree que los niños deben ser materiales formados en la fe cristiana, a base de mingas, con materiales donados y ayuda de la gente caritativa, en mucho tiempo se levanto la escuela con esfuerzo.
Mientras tanto, en la muerte de Sor Clementina surgia la idea de empezar urgente la educación,  pues inicia la escuela pidiendo a los vecinos sus casas para que puedan funcionar los primeros grados; así generosamente don Antonio Malo y la señorita Clementina, vecinos del sector, prestan un lugar en donde empiezan a impartir  clases, mientras tanto se ha terminado la construcción de la capilla, lugar sagrado para predicar y catequizar a la gente del sector preparándoles en todos los sacramentos a base de ejercicios espirituales.
De inmediato,  continúa con el  sueño de construir la escuela, y de la misma forma inician los cimientos, así velozmente basándose en mingas, con gente solidaria y nuestros padres de familia e incluso los niños y niñas, pusieron sus pequeñas manos para encontrar las tejas con lodo preparado pasando a manera de chasqui, con la finalidad de que pronto se cumpla el sueño de tener un local propio de la escuelita.
Hubo algunas generaciones que repetían los años hasta el cuarto grado porque no había quinto y sexto grados, en un año determinado se abrió el quinto y con estos mismos alumnos se pasó al sexto grado, para este último grado, pidió colaboración a Madre Laurita Gárate que trabajaba en ese entonces en el colegio Rosa de Jesús Cordero para dar clases de algunas materias, así quedaron completos los años de escolaridad. La escuela fue creciendo, siendo Sor  Celia Bernal Cordero, exalumna de esta escuela, religiosa vocación de Madre Clementina.
Al desgrane acudían todos muy gustosos, en la guardilla de la escuela en donde las tusas eran utilizadas para nuestros juegos infantiles, risas y algarabías; pero para regresar a casa les enseñaban a dejar todo en orden.
Las madrugadas para ser los primeros en la oración de la mañana, caminando de todos los sectores: Patamarca, Sinincay,  Mayancela, y Milchichig.
Recuerdo las devociones inculcadas por Sor Clementina para cada uno de los días de la semana:
Lunes: a las almas del purgatorio.
Martes: a nuestro Padre Santo Domingo.
Miércoles: a San José.
Jueves: a la Santa Eucaristía.
Viernes: al Sagrado Corazón de Jesús.
Sábado: a Mamita Virgencita.
Domingo: a Jesús Resucitado.            
Luego a formación y a clases 10 horas en que salían a tomar la leche clan con pan que era nuestro refrigerio, continuabas las clases hasta las 12 horas, que con hambre se esperaba el almuerzo que consistía en comida de sémola, dulce de zambo, y a veces una fruta.
Los niños jugaban: vóley, bolas, la rueda con el garfio otros; las niñas: la rayuela, el gato, la semana, la soga, las escondidas y otras. Luego comenzaba la doble jornada con el rezo del Santo Rosario y en seguida, las manualidades; para los varones: las chompas tejidas a palillos, y para las niñas: las faldas para ser utilizadas el siguiente a año, las mayores bordaban manteles de punto cruz y los cubrecamas rellenos de colores, los trabajos manuales, las redacciones, la caligrafía, etc. Todas estas tareas realizadas hasta las 16 horas.
Las fiestas que se celebraban en la escuela son:
En octubre: la Morenita del Rosario.
En noviembre: el día de la Madre Clementina
En diciembre: la Novena al Niñito Jesús y las tres Grandes Pasadas: Patamarca, Ricaurte, y Sinincay, con personas en vivo.
En febrero: las marchas y los himnos patrióticos entrenadas por un militar.                          
En mayo: para los rosarios de la aurora, los niños dormíamos en las aulas de la escuela.
En junio: las cosechas y desgranes.
En julio: los exámenes orales de catecismo, la historia sagrada y los exámenes de las otras materias, con los comisionados (Supervisores).